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jueves, 14 de junio de 2012

DISCIPULADO No.5: ROMPIENDO EL VELO ASTRL


DISCIPULADO No.5
ROMPIENDO EL VELO ASTRAL
Él discípulo debe hacer un interesante trabajo con su cuerpo mental, el cual consiste en una triple transformación del proceso del pensar, con miras a tener una mejor apreciación de la realidad y un contacto directo con la Sabiduría. Tres velos deberán ser rotos por la fuerza espiritual en el entrenamiento de su mente: el velo astral, el velo mental y el velo espiritual. El primero busca conectar la mente con la respuesta primaria del cuerpo astral, del sentimiento y la emoción; el segundo busca romper el mecanismo del pensamiento secuencial y el tercero logra romper la dualidad y la secuencialidad.
El objetivo de este triple trabajo es el de permitir el desarrollo de la consciencia a partir del proceso automático inconsciente de la mente y llevarla hasta un nivel de percepción altamente consciente con proyección directa de esa percepción en la mente racional y con capacidad de proyección de esa consciencia hacia otras mentes.
El primer trabajo consiste en descubrir que más allá de cualquier acción racional personal, existe una respuesta primaria emotiva  subconsciente que viene por la vía del cuerpo astral. Esta respuesta primaria es instintiva,  proviene de nuestro subconsciente  y es deformada por las construcciones que hemos hecho con nuestro pensamiento, en nuestro intento por definir la realidad, lo cual hace parte del inconsciente individual,  es decir que en el proceso del pensar interpretamos a nuestro modo y nos hacemos una idea e imagen que tomamos por la realidad y creemos adicionalmente que ésta es la misma realidad que todos ven, sin apreciar que cada cual maneja su propia distorsión de esa realidad.
En la actualidad damos una gran importancia al pensamiento conceptual y al raciocinio y creemos que este es el único instrumento de aprendizaje. Los caminantes del sendero, al investigar el proceso de evolución, han de recordar que el manejo de un cuerpo mental elaborado apenas comenzó en la época atlante, hace menos de dos millones de años  para la mayoría de la humanidad, y en la época lemúrica, hace unos 65 millones de años, para los avanzados de la humanidad que son tan solo unos pocos. Antes de eso, todo el proceso de aprendizaje ocurrió mediante el mecanismo instintivo, libre de cualquier proceso del pensar. Este proceso se dio con la ayuda de ciertas jerarquías creadoras que guiaron a la humanidad futura mediante patrones emocionales arquetípicos, sabiamente construidos por ellas bajo la dirección del Arquitecto o Logos Solar, cuya Mente interpenetra todas las cosas que están bajo su dominio.
El mecanismo automático instintivo  hace que en el proceso de elaboración del pensamiento se recurra a la memoria, mas no exclusivamente a la memoria conceptual que es la que se relaciona con el aprendizaje intelectual, sino que se evoca  un patrón de sensación basado en las percepciones sensoriales que se captaron en diversos momentos de experiencia relacionadas con lo que se piensa. Ese patrón incluye nuestras sensaciones de agrado o repulsión, según si la experiencia resultó placentera o dolorosa a nivel físico, revitalizadora o desgastante a nivel energético (etérico) o si se experimento una sensación de emoción o sentimiento de elevado nivel como alegría, agrado, bienestar, confianza, amor, seguridad etc., o si por el contrario hubo vibraciones astrales bajas como temor, angustia, ira, tristeza, celos, odio etc.  Igualmente está registrado allí el impacto de la experiencia en nuestra supervivencia. Todo lo que hayamos sentido que amenazó nuestra vida y subsistencia activará la fuerza de repulsión propia de los bajos niveles del mundo astral y lo que las favoreció evocará la fuerza de atracción, característica de los elevados niveles del mundo emocional.
El patrón de sensación genera reacciones instintivas que afectan al pensamiento, a las emociones, reviviéndolas, si no han sido convenientemente elaboradas y al cuerpo físico, el cual moviliza sus mensajeros químicos y nos hace experimentar sensaciones corporales que frecuentemente están ligadas a la emoción. Si la experiencia ha sido traumática o fuertemente impactante para el individuo, la reacción será violenta e impactante nuevamente y el lenguaje corporal mostrará claras señales de rechazo. Todas las sensaciones que evocan la fuerza de repulsión generan una sensación de malestar, incomodidad o insatisfacción, que en forma automática tratamos de evitar, mediante evasión u oposición, es decir escapando de la experiencia externa o interna o siendo antagónicos a ella. Esto, obviamente, limita nuestra capacidad de percepción y de aprendizaje, cerrando nuestra mente en espacios condicionados, limitados por nuestras apetencias y aborrecimientos y creando un gran temor de salir de allí por miedo a perder nuestra seguridad o a experimentar dolor o sufrimiento.
Si logramos conectar, mediante la atención, a nuestra mente con la respuesta astral distorsionada y rompemos el automatismo condicionado que genera, veremos que detrás de este opera el patrón  original arquetípico inconsciente, que es proyectado por la Mente Divina Macro cósmica, y que constituye una vía segura hacia la acción recta y la clara percepción de la realidad, lejos de toda distorsión. Solo se logra una mente abierta cuando nuestra aparente mente individual se identifica con este primario impulso. Después de esto será necesario romper los otros dos velos.
Medita profundamente sobre este escrito y ante todo practica, trabaja arduamente en ti, hasta que logras romper el velo astral.
Alipur Karim                                                 

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