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miércoles, 4 de diciembre de 2013

NUEVAS CONSIDERACIONES EN EL SENDERO DEL DISCIPULADO: DISCIPULADO No. 13



NUEVAS CONSIDERACIONES EN EL SENDERO DEL DISCIPULADO
DISCIPULADO No. 13


En algún artículo anterior me he referido a las nuevas escuelas o grupos del discipulado como la nueva dinámica propuesta para estos últimos años de la Era de Piscis  y cuyo objetivo es el de conducir a los aspirantes aptos hacia el discipulado, mediante un conocimiento y entrenamiento adicional que permita al probacionista el nivel requerido para alcanzar un contacto real con el Maestro.

Siguiendo esta iniciativa, hubo una respuesta positiva a este llamamiento por parte de estudiantes esotéricos que resonaron con éste, dando como resultado inicial la formación de dos grupos de trabajo en Colombia, uno de 13 personas, que funciona desde hace tres años y otro de 17, que está activo desde hace uno y con los cuales se ha venido desarrollando un trabajo espiritual,  en reuniones presenciales que se llevan a cabo cada veinte días y en los que los asistentes reciben una enseñanza especial impartida por este instructor. 

Algunos de ellos han hecho ya su petición de probacionismo y han sido aceptados en tanto que otros, habiendo hollado el sendero de probación con anterioridad, han solicitado su admisión en el discipulado y están en período de formación y a la espera de ser aceptados directamente por el Maestro. Adicionalmente a este trabajo presencial se ha diseminado material de estudio con algunas pautas importantes mediante este blog, recibiendo respuesta positiva desde varios lugares del planeta.

El Hermano Mayor o Maestro de cuya escuela  interna  estos grupos son una expresión, está al tanto del trabajo emprendido y nos ha brindado todo su apoyo. Este Sublime Ser es un miembro de la Jerarquía o Logia Blanca quien luego de trabajar arduamente como uno de los instructores de una de la Ordenes  de Misterios Mayores fue ascendido como miembro del Consejo Central o Consejo Superior en el que trabajan Iniciados de las Doce escuelas de Misterios que dirigen la evolución del Esquema del Planeta Tierra.


 Ha sido además un investigador de la Vida de otros Esquemas planetarios y de los siete sistemas solares Hermanos con los cuales estamos relacionados. De hecho este Hermano Mayor vino como un cooperador de los encargados de fundar la Jerarquía al final de la Epoca Lemúrica y decidió participar activamente en el Esquema de la Tierra durante todo este tiempo. En la actualidad trabaja en un proyecto especial para el desarrollo de la futura sexta raza de la Gran Raza  o Epoca Aria, desde un templo que recientemente fue reabierto en los planos sutiles que interpenetran a la ciudad de Praga (Rep. Checa). Igualmente tiene a su cargo el proyecto de las nuevas escuelas de formación para el discipulado con las que este servidor ha decidido solidarizarse mediante este trabajo de diseminación de lo que fue su instrucción esotérica y que ahora puede ser dada al mundo, después de tantos años. Por ser  el Maestro un Instructor de tan alto grado, su enseñanza abarca métodos de todos los siete rayos y acepta igualmente discípulos de todos los rayos, guiando a cada cual según corresponda. He de aclarar que este Gran Iniciado no es ninguno de los mencionados en la amplia literatura esotérica.

Ha llegado el momento de establecer nuevas y verdaderas escuelas esotéricas siguiendo la nota clave del discipulado. Las escuelas esotéricas van apareciendo como respuesta a la demanda de la humanidad y cuando un nuevo desarrollo es requerido aparece la instrucción necesaria para llevar al aspirante a un nivel superior al alcanzado. Siguiendo la Ley de Evolución que sucede a la precipitación de la Consciencia Universal en la Creación, lo esotérico se va haciendo paulatinamente exotérico y los nuevos delineamientos son trazados por los discípulos de los Maestros encargados de establecer el nuevo orden mundial. Las actuales escuelas verdaderamente esotéricas, de las cuales hay muy pocas, deben renovarse, abandonando todo aquello que no sea trascendental y compatible con el nivel actual de la humanidad en curso y mantener siempre una visión práctica y clara del entrenamiento esotérico, lejos de tendencias teológicas dogmáticas y separatistas.
El llamado mundo occidental aun no ha visto nacer Maestros de la talla de grandes instructores iluminados como Joshua Ben Miryam, Sankara, Babaji, Vivekananda, Patanjali, Ramakrishna, Ramana Maharshi, Jiddu Krishnamurthi, Yogananda, Sri Aurobindo y Madre, Abraham, Shimon bar Yojai, Baal Shem Tov, Yalal ad-Din Muhammad Rumi, Al Ghazali, Lao Tze, Confucio, Basílides, Valentín, entre otros.

Muchas de las enseñanzas de estos instructores y algunos de ellos vinieron a occidente y dieron lugar a filiales de sus escuelas o fueron copiadas y maquilladas por algunos pretendidos iniciados que luego rechazaron enfáticamente todo conocimiento venido de oriente para impedir que sus seguidores se dieran cuenta del plagio. Muy rara vez ha surgido un iluminado en el mundo occidental y si lo ha habido ha pasado francamente de incógnito. La mayoría de los verdaderos discípulos de occidente lo han sido de los Grandes Instructores de oriente o han sido instruidos por Maestros desencarnados y suelen estar fuera de las llamadas escuelas esotéricas. Muchos han pretendido y pretenden ser iluminados, enviados especiales, contactados, avatares y hasta Cristos, pero han caído por su propio peso resultando ser un completo fraude y arrastrando en pos de sí a muchos incautos llevados por su propio ego, aún hasta la locura y la muerte. Las más de tres mil sectas americanas que a diario atrapan mentes sin claridad son prueba evidente de ello.

No obstante, poco a poco irán apareciendo nuevos instructores con un amplio y verdadero conocimiento de la naturaleza humana, discípulos reales de Maestros que les han contactado e instruido y que son los formadores de los nuevos grupos de discipulado, cuya enseñanza, basada en los más elevados ideales, compatible con una vida virtuosa y de servicio amoroso, resuena con el corazón de los aspirantes a nivel intuitivo y con los niveles profundos de la mente, debido a la claridad del conocimiento el cual ya no está basado en el misterio sino en la explicación abierta y diáfana. En estas escuelas discipulares que se convertirán en poco tiempo en verdaderas escuelas de Iniciación, los discípulos convocan a los aspirantes preparados, señalando el Camino y recorriendo  con ellos el Sendero.  

Si bien se reciben aspirantes al sendero de Probación, las escuelas que se están formando entrenan a los aspirantes al discipulado y a los discípulos en sus primeros grados para hollar el sendero que los conducirá hacia el Maestro y los capacitará para recorrer la senda de la Iniciación.

En el pasado, las escuelas esotéricas han enfatizado  en normas de pureza física y emocional. Esta purificación no es para nada un indicio de desarrollo espiritual. Simplemente indican que el neófito ha cumplido un simple requisito básico para emprender un trabajo más avanzado ya que el discípulo necesita un tipo especial de vehículos para el intenso trabajo esotérico. Muchos aspirantes se quedaron ahí, presos de la ilusión de ser seres especiales por haber logrado convertirse en vegetarianos o por haber logrado el nivel mínimo de conducta moral apropiada acorde con los mandatos de su escuela o por haber adquirido un mediano conocimiento sesgado por la tendencia teológica del grupo o sintiéndose especiales por manejar cierto tipo de terminología típica de cada escuela.

Este es sin embargo un entrenamiento elemental para principiantes cuyo propósito es el de elevar de alguna manera la vibración etérica  o astral, a veces a expensas de la vitalidad del vehículo físico,  con el fin de que el aspirante se percate de que existen niveles superiores de fuerzas más sutiles de aquellas a las cuales estuvo acostumbrada su personalidad en anteriores encarnaciones.

Los nuevos grupos del discipulado profundizan en trabajos más esotéricos. Si disciplina de entrenamiento capacita  al caminante para funcionar espiritualmente en los mundos físico, astral y mental, para llegar a trabajar como discípulo aceptado en el Ashram o Escuela Interna de su Maestro. Si bien el grupo verdadero es el pendiente de un Maestro de una Orden de Misterios, no se enfatiza en la posibilidad de hacer contacto consciente con éste antes de que el aspirante tenga una personalidad estructurada y coordinada, ni antes de haber hecho un verdadero contacto con su Ser interno. En los nuevos grupos de trabajo nadie ostentará el título de discípulo, de pionero, de heraldo o de avanzado por el simple hecho de haber conocido a un instructor o a sus enseñanzas. El aspirante al discipulado tendrá perfecta claridad en relación con el hecho de que la verdadera iniciación no es una simple bendición dada por el contacto con un instructor externo o la recepción de alguna clave misteriosa o palabra de poder(mantram), sino una experiencia espiritual de despertar de de consciencia que le acerca cada vez más a la percepción de la Unidad Divina en sus aspectos de Consciencia, Conocimiento y Dicha infinitas. 

Cada Iniciación es en verdad una iluminación de orden cada vez mayor, después de la cual el iniciado destila Sabiduría, Amor y Dicha inefables, además de la expresión de los poderes y capacidades propios de cada nivel.


En los grupos actuales del discipulado se insistirá en el conocimiento perfecto de la relación entre la Consciencia Universal, su expresión monádica, el hombre espiritual o Yo Superior y la personalidad o ego inferior. Su primer trabajo espiritual es el de llegar a conocerse plenamente a sí mismo y permitir que cada día actúe más conscientemente como ser espiritual que como personalidad, permitiendo que fluyan la Luz, el Amor y el Poder latentes en el triple aspecto de la Divinidad manifestada a través de su compleja estructura de vehículos, trabajo que tendrá éxito gracias al alineamiento de sus fuerzas físicas, etéricas, astrales y mentales, dado por sus esfuerzos en la concentración, meditación y contemplación, que harán de su mente un foco transparente y sereno que permite la reflección del Ser infinito latente, el cual, al hacer contacto permanente con la máscara de la personalidad, se convertirá en un servidor verdaderamente útil a la humanidad.

El discípulo entrenado en estos nuevos grupos, que son expresiones externas del Grupo Oculto del Maestro, será un canal para su propio ser interior y para la expresión de la consciencia del Hermano Mayor, sin que nunca sea directamente su canal. Un verdadero discípulo jamás será un médium ni un simple mensajero del Maestro. No transmitirá mensajes telepáticos directos ni pretenderá tener mensajes personales del Instructor Interno para cada uno de los miembros del grupo. Si bien el grupo está en contacto directo con La Hermandad o Logia Blanca, la Jerarquía más elevada de los Maestros de la Luz, la instrucción de cada discípulo es responsabilidad de su Maestro y no se da por vía indirecta sino mediante el contacto interior, mediante las diferentes modalidades, de acuerdo con la capacidad que el aspirante va desarrollando en su recorrido por el Sendero y con la calidad del servicio que el discípulo presta a sus semejantes. El Maestro estará siempre al lado del que más sirve y es portador de luz.


 Al discípulo le es revelado en forma gradual y a su debido tiempo el Plan de la Jerarquía, en la medida que se convierte en su colaborador y adquiere el conocimiento que le capacita para influir poderosamente en los acontecimientos mundiales. Es entrenado para el trabajo grupal, logrando el desapego, abandonando con frecuencia sus planes personales egoístas en pro del servicio a la humanidad y a la Jerarquía, sin perder su propia identidad ni incapacitarse para una labor en el mundo como persona.

Los instructores de los nuevos grupos del discipulado restan importancia a la insistencia directa en cuanto a la formación del carácter o al desarrollo de las virtudes que conducen a una vida de pureza, bondad y conducta recta, ya que se considera la aspiración altruista como ya existente o de responsabilidad directa de cada aspirante, lo cual se advierte plenamente a los miembros del grupo. El instructor no es juez de sus condiscípulos pues ya sabe que el contacto con el Maestro es el mejor filtro ya que este no será jamás posible si el futuro discípulo no cumple con las cualidades esencialmente básicas impartidas por las escuelas para estudiantes y principiantes por las que el discípulo ya pasó en el pasado. Si el contacto directo demora, el neófito sabrá por sí mismo que ha pretendido saltarse estos requisitos básicos y deberá replantear su entrenamiento mediante auto observación consciente. El instructor dará importancia al trabajo mental y procurará que cada condiscípulo se muestre inteligente, intuitivo, análítico y perseverante pero lejos de toda crítica, sin descuidar para nada el lado del corazón, el poder intuitivo y la expresión cada vez más elevada del Amor expresado como Altruismo y no como vana pasión o apego. Los nuevos discípulos, lejos de ser humanos aislados, trabajan primordialmente en función del grupo, proyectándose a toda la humanidad, pues serán preparados paulatinamente a través del Sendero de Iniciación para convertirse en Maestros de Sabiduría capaces de relevar de su misión a algún miembro de la Jerarquía que se retirará para hacer algún trabajo de orden más elevado.

 El discípulo aprende a trabajar completamente desde niveles espirituales centrando su consciencia en el Ser Unico y en el Grupo Interno o Ashram del Maestro. Los mundos del desenvolvimiento humano, el físico, el astral y el mental se convierten en su campo de servicio y su personalidad queda definida como aquella compleja estructura a través de la cual su alma sirve a la Totalidad, a la humanidad y al Plan. Su tarea más noble consiste en elevar el nivel de despertar de consciencia de la humanidad, obviamente después de haber despertado la suya propia, empleando a plena consciencia su mente entrenada en la ausencia de pensamiento ordinario, recurrencia a la memoria, influencia astral, oscilación en el tiempo y fluctuación en el vaivén de la dualidad, e igualmente su naturaleza emocional equilibrada, disciplinada mas no reprimida y una actitud receptiva. Vive como un humano entre los humanos sin ser doblegado por el mundo y es a la vez un trabajador consciente de la Jerarquía. Estos discípulos a quienes ha sido confiada la voluntaria y noble tarea de fundar los nuevos Grupos de discipulado para el nuevo orden son los llamados discípulos mundiales y su alta irradiación de gran potencia influye en el mundo ordinario y también en el mundo esotérico. Su fuerza tiene el poder de impactar poderosamente a las antiguas escuelas para remover sus cristalizaciones y rescatar de allí a todo aquel que esté preparado para salir de la inercia y tomar las nuevas enseñanzas. También impactan al público en general,  generando nuevas motivaciones y abriendo nuevos caminos para el despertar de la gran masa humana. Es necesario que el buscador diferencie entre el trabajo de los seres bien intencionados que han fundado escuelas esotéricas para novatos, el trabajo del discípulo que aprende a ser instructor y el trabajo de los discípulos mundiales que disuelven los métodos caducos y establecen las nuevas y más adecuadas delineaciones para la instrucción esotérica del nuevo orden mundial propio del avance del proceso evolutivo inherente a la creación precipitada en la dualidad.


Si desde cualquier lugar del mundo te sientes preparado para el trabajo del discipulado, bienvenido seas a estos nuevos grupos.

 Prontamente la irradiación del Maestro que percibe tu luz te guiará hacia el discípulo instructor más cercano. Arriba y hacia adelante, siempre, siempre. Si bien nadie dijo que el trabajo del discipulado era fácil, tampoco es imposible. Cristo, el Divino Instructor irrumpió en el planeta y dejó abierto para todos el Camino de la Iniciación, sin predilecciones y lo sigue haciendo cada año hasta que un número suficiente de discípulos creen una fuerza espiritual suficiente para permitir el correcto cumplimiento del Plan en la Tierra. Bendecido sea todo aquel que  se integre a esta noble tarea .

Bendiciones,

Alipur Karim



lunes, 2 de diciembre de 2013

EL DISCIPULADO: LA ETAPA DECISIVA


A petición de los estudiantes y aspirantes, publico hoy este valioso artículo escrito hace algunos años, cuando comenzó este trabajo de formación de grupos del nuevo orden mundial.






 EL DISCIPULADO: “LA ETAPA DECISIVA”


El sendero del progreso humano a través del que evolucionamos en este Sistema Solar, puede dividirse en dos etapas:

1. Involución: tiempo durante el cual el Espíritu dirige sus energías cósmicas hacia dentro para la construcción de los vehículos de conciencia, destinados a obtener la experiencia de los distintos niveles de energía o mundos en los que se desarrolla. 

2. Evolución: proceso mediante el cual el Ego dirige las energías hacia fuera con el objeto de perfeccionar los vehículos y convertir los poderes divinos latentes en fuerzas dinámicas creadoras.
Durante la Involución el Espíritu progresa inconscientemente, ayudado por las Jerarquías Superiores, las cuales le guían constantemente de la misma forma en que el Espíritu Grupo de una especie animal dirige a todas sus unidades, sin que exista el libre albedrío. Durante la Evolución, el espíritu adquiere la posibilidad de obrar con libertad y de evolucionar conscientemente. Las Jerarquías Superiores le van liberando gradualmente de su influencia de acuerdo con el nivel de aplicación y adaptabilidad.

Las órdenes de Misterios ofrecen a los aspirantes un Sendero con sucesivas y graduales etapas, que buscan emancipar al individuo para llevarlo a desarrollar, en un tiempo más corto que el requerido normalmente, la conciencia necesaria para lograr la liberación de la influencia de las Jerarquías Superiores. Este entrenamiento requiere un trabajo intensivo del aspirante sobre sus tres principales energías cósmicas: Voluntad, Amor e Inteligencia Creadora. Algunas escuelas de Sabiduría Occidental, como la Rosacruz, por ejemplo, dividen este sendero en siete pasos: estudiantado preliminar, estudiantado regular, Probacionismo, Discipulado, Hermano Lego, Adepto y Hermano Mayor. Las dos primeras etapas son de preparación intelectual y adaptación mediante el estudio y el desarrollo de nuevos hábitos de vida, basados en principios universales

El Probacionismo es un paso durante el cual el caminante del sendero toma la decisión de cambiar definitivamente de vida, para ser totalmente consecuente con aquello que ha estudiado. Para el aspirante es una etapa de gran conflicto entre su Yo Real, que trata de vivir armoniosamente con el Cosmos; y su yo inferior, que insiste en vivir una vida de ilusión y satisfacción de los sentidos y pasiones. El discipulado es la etapa decisiva en la que el aspirante toma real contacto consciente con un Hermano Mayor, Maestro miembro de la Hermandad Blanca o Jerarquía Oculta y comienza su verdadera expansión de conciencia a través de las llamadas Iniciaciones, que no son otra cosa que grados sucesivos del proceso de desarrollo espiritual. Los grados de Hermano Lego, Adepto y Hermano Mayor, son los peldaños altos del perfeccionamiento e incluyen numerosas iniciaciones de gran avance que llevan al individuo a conectarse con la conciencia cósmica y a desarrollar las facultades necesarias para convertir los poderes divinos latentes en verdaderas fuerzas creadoras activas, haciendo del Ego un colaborador y cocreador del Esquema evolutivo. En esta ocasión trataremos explícitamente, aunque con la brevedad que permite este espacio, acerca del Discipulado.

Después de haber pasado por las etapas del estudiantado y de llevar a término y en forma real el paso del probacionismo, el caminante del Sendero puede aspirar a convertirse en un discípulo. Existen dos métodos diferentes a seguir, dependiendo de si el individuo se encuentra en el sendero de la Involución o en el de la Evolución. En el primer caso, un Maestro, probablemente encarnado, encontrará al aspirante y le tomará como su alumno haciendo que siga fielmente sus indicaciones. Muy seguramente le indicará métodos involutivos que con frecuencia se encuentran en las escuelas orientales. En el caso de que el discípulo alcance, mediante su entrenamiento, el arco ascendente de la evolución, le guiará hacia otro Maestro de una Orden apropiada. El Maestro puede aparecer directamente en su cuerpo físico o en su cuerpo etérico y guiarlo para que lo halle en el lugar donde habita en el mundo físico. En el segundo caso, un Hermano Mayor de una Orden de Misterios, con enseñanzas de la Sabiduría occidental apropiadas para todo aquel que se encuentre en el sendero de la Evolución propiamente dicho, buscará al aspirante, le preparará previamente a través del sueño o por vía de la Intuición durante algún tiempo y luego, aparecerá al aspirante en su cuerpo etérico para darle algunas pautas de trabajo. En este caso no le invitará a seguirle fielmente sino a desarrollar la capacidad de ser altamente confiado en sí mismo. Nótese que en los dos casos, en los dos tipos de escuelas, es el Maestro quien busca al aspirante cuando éste se encuentre preparado y no al contrario. Los requisitos para entrar en el sendero del discipulado son estrictos y no se acepta a nadie 
que no esté capacitado.

Los Maestros se toman todo el tiempo necesario para asegurarse de que el candidato es el adecuado. Para tal efecto, una vez que el individuo ha presentado su solicitud, de acuerdo con las normas de la escuela a la que pertenezca, una copia exacta de su Cuerpo de Deseos es construida por el Maestro e incluida dentro de su propia aura, de tal manera que pueda observarla permanentemente. Tal copia tiene la propiedad de modificarse en la misma medida que las emociones del candidato, de tal suerte que cualquier tipo de emoción contraria a las cualidades deseadas será notada de inmediato por le Hermano Mayor, así como también lo serán las virtudes desarrolladas y los nobles sentimientos e intenciones. Además, una que otra vez, el Maestro visitará personalmente a su candidato en forma secreta y observará su conducta en el ambiente en el que se desenvuelve. Debido a este necesario procedimiento de selección, el aspirante no recibe una respuesta inmediata a su solicitud y solamente la recibirá si es seleccionado como un candidato apto para ser admitido al discipulado. Pero aún antes de obtener una respuesta definitiva deberá enfrentar una última prueba, la cual será escogida de acuerdo con los puntos más débiles del probacionista. Después de pasar la prueba recibirá una señal de aceptación a través del sueño, de la intuición o de algún discípulo aceptado que pueda hacerlo. En muy raras ocasiones esta primera señal es dada directamente por el Maestro, a menos que en anteriores encarnaciones, o en esta, se hayan despertado correctamente facultades superiores que permitan establecer el contacto. En la mayoría de los casos es necesario preparar al aspirante para que pueda contactar con el Maestro y para tal efecto éste dará a conocer a su discípulo un ejercicio adecuado que le permita obtener plena conciencia en el Mundo del Deseo. Este ejercicio estará adecuado para cada individuo en particular y no servirá para otros, por lo que deberá ser mantenido en secreto y estará dirigido a separar los éteres superiores de los inferiores en su cuerpo Vital, los cuales se encuentran firmemente conectados en cinco puntos especiales del vehículo etérico. Tal separación de éteres es la que hace posible obtener percepción y memoria constantes en el mundo del Deseo. Si el aspirante no ha desarrollado ninguna facultad que permita un contacto inicial directo, el ejercicio le será comunicado por alguna de las vías mencionadas para recibir la primera señal de aceptación.

Nadie debe desesperarse por no recibir una respuesta. Si ésta no llega después de cierto tiempo, será señal de que no se han cumplido todos los requisitos necesarios y el individuo deberá revisar sus métodos de autoevaluación, con el fin de detectar donde ha fallado. Todas las solicitudes serán tenidas en cuenta, pues el trabajo en los mundos sutiles es mucho y los Maestros están necesitando mucha ayuda. Solo que ésta debe ser calificada en alto grado.

Muy a menudo se cree que un discípulo es una persona privilegiada y bonachona que goza de la protección de un Maestro y recibe una afortunada educación de su parte. En realidad un discípulo es un trabajador incansable y altamente eficiente en el servicio desinteresado y amoroso por la humanidad y por los reinos compañeros, así como un gran colaborador de los Hermanos Mayores y de la Divinidad, en la compleja tarea de la Evolución. Es además un ser que manifiesta activa y alegremente Luz, Armonía, Verdad, Bondad, Belleza, Justicia y Libertad en todas sus acciones y en sus relaciones con los demás. Para lograr tal conquista debe vivir la vida plenamente, haciendo un correcto uso de su voluntad, la cual se educa a partir de la disciplina no represiva, ni dogmática; debe igualmente dejar fluir hacia los demás la energía del Amor, a través de la práctica constante del servicio desinteresado y poner en ejercicio sus facultades creadoras, educando su mente a través del estudio sistemático y permitiendo que sus más grandes ideas sean puestas en acción permanente y eficiente.

El probacionista que aspire a ser un verdadero discípulo debe desarrollar ciertas cualidades antes de pretender ser aceptado. Entre ellas tenemos:

1. El anhelo y la práctica del servicio de forma permanente, sin deseo de beneficio personal.

2. Un verdadero deseo de sabiduría, expresado como una necesidad para el servicio y no como vana curiosidad intelectual.

3. Un alto grado de valor para enfrentar las dificultades, comprendiendo que son vías de aprendizaje, de las cuales se obtienen valiosos beneficios espirituales.

4. Deseo verdadero de conquista de su naturaleza inferior en aras de la superior.

5. El discernimiento necesario para saber en todo instante diferenciar lo correcto de lo incorrecto, basado en la aplicación del conocimiento espiritual y la guía de la intuición real.

6. Sentido de universalidad. Esta cualidad nos permite incluir en nuestra conciencia a todo lo existente para vivir en perfecta armonía con el Cosmos, eliminando las barreras familiares, nacionales, raciales, grupales y sociales. Comprendiendo, además, que los otros reinos forman parte de la Vida Una junto con nosotros y que esencialmente son Vida Divina en evolución.

7. Amor por todo aquello que sea verdadero, bueno y bello, manifestado en sus palabras, pensamientos y acciones de la vida diaria.

8. Ritmo y regularidad en su estudio, práctica de concentración, oración, meditación y disciplina.

9. Perseverancia. Nunca dejar de intentar y mantenerse hacia arriba y hacia delante siempre.

10. Economía sin mezquindad en el manejo de sus bienes, recursos y energías. No despilfarrar aquello que ha conquistado o que le ha sido encomendado.

11. Capacidad de perdonar verdaderamente, sin albergar resentimientos ni recuerdos amargos.

12. Control y pureza de pensamiento a través de la autoobservación y la meditación.

13. Inofensividad hacia todos los seres. Esto hace al aspirante sereno, pacífico y moderado.

14. Puntualidad. Respeto por el tiempo propio y ajeno. Cumplimiento de sus promesas.

15. Observación atenta de la realidad desde el punto de vista de lo esencial con el objeto de obtener en forma directa la máxima experiencia posible. Estar en atención permanente.
16. Deseo vehemente de mejorar el nivel actual y mejorar la vida constantemente.

17. Indiferencia hacia los fracasos y triunfos para no cristalizarse, cayendo en el desánimo o en el conformismo.

18. Alegría constante a pesar de las dificultades. La expresión quejumbrosa es sinónima de rebeldía ante la Divinidad. La jovialidad permanente es una muestra de comprensión de la inteligencia Divina que siempre trabaja para el bien.

No sobra reiterar aquí que el aspirante debe estar lejos de cualquier vicio tal como el tabaquismo, el alcoholismo, la drogadicción, etc. así como de la práctica sexual excesiva, la música desequilibrada y el carnivorismo excesivo; costumbres todas que deben haber sido abolidas durante el probacionismo. Adicionalmente, el candidato debe estar libre de soberbia (presunción, ambición, vanidad, jactancia, ostentación e hipocresía), lujuria, envidia (junto con sus acólitos: mentira, chismorreo, murmuración y calumnia), pereza, codicia, gula, deseo de agresión y destrucción y espíritu separatista.

Además de las cualidades a desarrollar, una vez que se ha percibido la señal de haber sido seleccionado apto para el discipulado y de ser posible antes de esto, el candidato deberá cumplir ciertas tareas de cooperación con el Plan evolutivo, tales como la difusión de las enseñanzas de la Sabiduría, tanto con el ejemplo como a través de la palabra hablada y escrita, y la ayuda a las fraternidades, centros y grupos que trabajen en una labor de guía espiritual.
Después de la aceptación viene un período de preparación de intenso trabajo donde una labor específica es encomendada al Discípulo principiante, el cual coloca en ella toda la fuerza de su mente y de sus emociones, dedicando toda su vida a la labor del Maestro. Su entrenamiento continúa con el desarrollo de la solemnidad, un acrecentamiento de la nobleza, el despertar del entusiasmo espiritual, una expansión de la virtud de la compasión, el desarrollo de la intuición que lo lleva al conocimiento directo, la formación de grupos de estudio y la creación de proyectos de servicio. Poco después cultiva el desinterés total, la inofensividad hacia toda forma de vida, la alineación con la Voluntad Divina, la creatividad continua en todos los campos, la direccionalidad o facultad de concentrar todas sus energías para realizar una tarea perfectamente conocida, la síntesis o capacidad de reconocer la unidad y universalidad de todo conocimiento.



De aquí en adelante, la vida del Discípulo es un sendero espiritual permanente con abnegación y compromiso total, emprendida con audacia y coraje pero en medio de una gran sencillez, cualidad que caracteriza al aspirante a la Maestría. La mente del discípulo entra en contacto con el mundo arquetípico y todas sus labores se hacen siempre en concordancia con el plan divino. A estas alturas el discípulo ya es capaz de funcionar totalmente consciente en el Mundo del Deseo y más adelante en el Mundo del Pensamiento, facultades que lo capacitan para entrar en contacto con la Hermandad Blanca o Jerarquía y comenzar el trabajo de las Iniciaciones a través de las cuales llegará un día a las más altas etapas del sendero. Un Discípulo es una persona que manifiesta permanentemente una gran Voluntad, un Amor extraordinario, que le dota de un magnetismo capaz de atraer y transformar a muchas personas a su alrededor y una inteligencia creadora a través de la cual da frutos interesantes al mundo para gran beneficio de la humanidad. Un Discípulo no es meramente un charlatán, un sabihondo repetidor de textos y doctrinas, sino una persona de gran sabiduría y generosidad que se da ampliamente al mundo, sin pedir nada para sí que no sea la oportunidad de servir.

Si un probacionista aspira al discipulado hará bien en autoevaluarse y considerar si ha desarrollado las cualidades necesarias para ser aceptado antes de pretender hacer siquiera una solicitud, pues no hay manera de engañar al Maestro. La tarea es difícil pero no imposible y una vez lograda la expansión de conciencia se abre para el Discípulo un panorama más amplio y extraordinario a través del cual logrará encontrar el camino de la liberación definitiva del sufrimiento. Será entonces un individuo con una conciencia multidimensional y capaz de servir realmente a la humanidad. La satisfacción espiritual sentida es muy grande y llena el corazón con el gozo de Cristo. ¡Adelante Probacionistas del mundo, el discipulado está abierto para todos! ¡Arriba y hacia delante siempre, siempre!


Alipur Karim.